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martes, 5 de octubre de 2021

La épica batalla por el litio de México

 Alfredo Jalife Rahme
portalalba.org
4 de octubre de 2021. 

[Si el caso ocurriera en la Venezuela actual, ¿cual cree usted que sería el desenlace de esta historia? Los Maduro y Jesús Faría, ¿optarían por la nacionalización o por los intereses del Financial Time? Pregunto... por una duda que tengo. Y póngase atención: por allí andan en una de "reformar" la Ley de Hidrocarburos, otro "legado" de Chávez... que incomoda y hay que negarlo, claro, en nombre del mismo Chávez  y, no faltaba más, del propio Bolívar. En el camino se cuidarán de que Antv y VTV ("el canal de todos los venezolanos", mira tú...) no difunda la postura contraria del Dip. Oscar Figuera (Ndecc)]. 

Alfredo Jalife Rahme. 
Desde la nacionalización del petróleo en 1938, que contó con la tácita aprobación del presidente Roosevelt de EEUU, la batalla por el control de los energéticos en México ha sido de carácter épico. Un día después del mes de la patria, López Obrador envió su proyecto de estatización del preciado litio, al unísono de la reforma eléctrica.

Más allá de las consideraciones específicas de la reforma eléctrica que le otorgaría 54% de la participación de mercado a la firma paraestatal CFE, que hoy solo cuenta con una minoría del 38% en su propio país, quizá el anuncio más espectacular de alcances metahistóricos versó sobre la estatización de la explotación del litio. A no confundir con nacionalización que virtualmente sería la expropiación de su explotación por empresas foráneas.

Mineral estratégico

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, definió en forma correcta que el litio representa un mineral “estratégico” para el futuro de las industrias: “Es un mineral estratégico, no se va a poder desarrollar la industria tecnológica y la industria moderna sin el litio, y se sabe que México tiene suficiente litio y esto nos permite, sobre todo pensando en las nuevas generaciones, dejarle a todos los mexicanos este recurso para el desarrollo de México”. 

Telereportaje de Tabaco, un medio muy cercano al presidente y al poderoso secretario de Gobernación, Adán Agousto López, dio mucho vuelo al histórico evento que naturalmente ha indispuesto a los intereses globalistas que no pocas veces han sido obscenamente antimexicanos.

Telereportaje resume que Agousto López, en quien muchos ven como uno de los finalistas para suceder a López Obrador, “detalló que, aunque a la fecha existen ocho concesiones aprobadas para la explotación del litio, estas quedarán vigentes si acreditan que han iniciado la exploración para empezar la producción, indicando que es la empresa Bacanora la que presenta mayores avances”.

De confesión propia, la empresa Bacanora posee 10 concesiones mineras en áreas que cubren 100.000 hectáreas al norte del estado de Sonora, siete de las cuales forman parte del Estudio de Factibilidad Sonora de 2018. Se desprende así que Bacanora solamente está explotando tres concesiones de las 10 que le fueron otorgadas muy laxamente por la dupla ultraneoliberal del Gobierno anterior Peña-Videgaray.

En realidad, Bacanora Lithium ha hecho más ruido que abrir nueces, ya que se trata de una empresa británica con una capitalización de mercado que pasó de 108 millones a 352 millones de dólares en un solo año. Su principal accionista es la empresa china Ganfeng Lithium Co. Ltd. que pasó de 26% a 17% en su tenencia accionaria.

Llama la atención que con tan magro capital Bacanora haya literalmente hipotecado 10 minas concesionadas por los anteriores gobiernos ultraneoliberales.

El secretario de Gobernación sentenció que “las concesiones para otros minerales como oro, plata y cobre permanecen, nada más que ninguna de esas concesiones será utilizada para explotación y producción de litio; hay ocho concesiones otorgadas a la fecha para la posible explotación del litio, y quedarán vigentes, siempre y cuando acrediten ante la CFE y la Secretaría de Energía”.

La disputa entre dos visiones

En la víspera del histórico anuncio para la nueva reforma eléctrica/energética se había realizado la cumbre del litio donde el presidente López Obrador sostuvo una reunión con varias secretarías para incluir el sensible tópico de la explotación del litio en México en la iniciativa de reforma eléctrica.

En la reunión estuvieron presentes el secretario de Gobernación Adán Agousto López (ultranacionalista), el secretario de Relaciones Exteriores, otro finalista a la presidencia del 2024, Marcelo Ebrard, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, muy vinculada a los negocios empresariales de Monterrey y privatizadora a ultranza, y el director de la CFE, Manuel Bartlett Díaz.

Las posturas eran ampliamente conocidas. En forma muy torpe, Tatiana Clouthier —quien, por cierto, no es economista y es solo una profesora de inglés vinculada a las empresas del multimillonario Alfonso Romo, quien fuera el jefe de gabinete económico del presidente López Obrador—, exhibió en su cuenta de Twitter su relación con el polémico gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, quien prácticamente deseaba regalar el litio del importante Estado que gobierna a Albright Stonebridge y a la banca Rothschilcon su vasallo George Soros.

Tatiana Clouthier y Alfonso Durazo han sido severamente criticados por preocuparse más de negocios privados que del bien general del país, en referencia específica al litio.

Es evidente que las dos posturas globalistas entreguistas de Durazo y Clouthier fueron derrotadas ante los dos nacionalistas soberanistas tabasqueños: López Obrador y el protocandidato presidencial Adán Agousto López.

Se produce un significativo golpe de timón nacionalista soberanista al quitarle el manejo del litio a la entreguista secretaría de Economía y al darle su control a la más nacionalista Secretaría de Energía y a la paraestatal CFE.

La previa reforma energética neoliberal del anterior Gobierno de la dupla Peña-Videgaray, en forma insólita fue a entregar el petróleo mexicano a las oficinas (¡literal!) del rotativo Financial Times en Londres.

Derecha furibunda

Ahora se entiende la reacción furibunda de este rotativo globalista que fulmina en forma catastrofista la iniciativa energética/eléctrica que, a su juicio, “está plagada por medidas radicales que incluyen la eliminación de los reguladores independientes de energía”. Tan no son “independientes”, sino más bien dependientes al eje financierista de la City/Wall Street, que tanto el presidente López Obrador como su Secretario de Gobernación anunciaron la desaparición de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), organismos que dijo fueron “creados para acotar las funciones de la CFE y beneficiar a los productores privados” (López Obrador dixit), mientras que Adán Agousto López desglosó que el Centro Nacional de Consumo de Energía (Cenace), el cual garantiza el despacho y las tarifas del sector eléctrico, nacional pasaría a formar parte de la CFE.

Financial Times se equivoca y/o desinforma —a estas alturas ya no se sabe—, de que se “nacionaliza la exploración futura del litio”, al confundir estatización con nacionalización.

Si fuera una nacionalización, las 10 concesiones otorgadas a Bacanora Lithium hubieran sido simple y llanamente expropiadas/enajenadas.

Financial Times también exagera, quizá por ver afectados los intereses empresariales británicos y/o los de sus aliados de paja españoles, tipo Repsol e Iberdrola, muy cercanos al expresidente ultraneoliberal Felipe Calderón, ya que el poder estatal del mercado de CFE pasaría del actual 38% —que es aberrantemente anómalo para un Gobierno de corte nacionalista/soberanista— a un 54%, que por lo menos le daría el control ligeramente mayoritario de un 16% a la empresa paraestatal CFE.

FT cita en forma unilateral, sin antítesis dialéctica, a una anterior “reguladora” Monserrat Ramiro, que hoy es becaria en el Wilson Center que fue la punta de lanza de la desnacionalización energética/eléctrica de México con la dupla Peña/Videgaray, quien despotrica que la iniciativa de marras “destruirá el mercado de la electricidad y con él el potencial desarrollo económico de México”. ¡Ni Casandra llegó tan lejos!

Ya encarrerada, Monserrat Ramiro propina su réquiem a contratiempo: “Esto dañará a los mexicanos, no se diga a los consumidores industriales y a los participantes de la industria energética”. ¡Qué lúgubre!

Con su viejo truco de citar a “expertos” clandestinos, FT también fustiga la “nacionalización del litio” y coloca en el epitafio de su lápida financierista neoliberal que habrá que ver si “su extracción sería rentable a los precios actuales”.

Sea lo que fuere, perdieron los globalistas entreguistas y triunfaron los nacionalistas soberanistas.

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