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jueves, 30 de abril de 2020

Tiro por elevación: el desplome del petróleo estadounidense

Daniel E. Páez,
ÚN, 28-4-20.

Refinería de petróleo y patio de almacenamiento de
combustibles (Texas, USA).
Las redes sociales están alborotadas pues el precio del barril del petróleo West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos, ha tenido una caída estrepitosa en el mercado a futuro. Mercado a futuro es uno de los mercados energéticos que maneja las bolsas de transacción comercial de Nueva York (NYMEX) y Londres (ICE). Los otros mercados para venta de crudos corresponden a mercado spot y mercado a 30 días (Forward).

Un crudo tiene valor, si éste ya posee una red de refinerías capaces de transformarlo en productos de mayor valor agregado. Un crudo que tiene “mercado”, puede ser transformado a productos dentro de un esquema de producción de combustibles, petroquímicos o químicos. Cada uno con un diseño específico de refinación y refinerías. 

El crudo marcador de Estados Unidos es el WTI, crudo ligero de 39,6°API y muy poco contenido de azufre en peso, 0,25%. Éste crudo se utiliza fundamentalmente para diluir otros crudos más pesados y producir mezclas (Blend). Muy demandado, razón por lo cual es un “marcador”.

El noventa por ciento de las refinerías trabajan con esquemas de refinación para procesar crudos livianos o medianos o sus mezclas. Diez por ciento de las refinerías pueden procesar crudos pesados, caso del Merey 16 de Venezuela. Es decir, las refinerías del mundo trabajan en un rango de gravedad API de entre 39 a 16. Crudos más livianos se pueden utilizar para mezclar, y crudos más pesados requieren livianos para colocarse en el mercado.

Además de producir crudos livianos y medianos como WTI; Estados Unidos ha destapado tecnológicamente la explotación irracional de crudos llamados super livianos de lutita (Shale oil), utilizando tecnología de perforación multidireccional, pozos horizontales y fracturamiento hidráulico, comúnmente conocida como FRACKING. Estos crudos tienen rango de gravedad API de entre 41 a 71, lo cual solo sirven para diluentes. No hay refinerías capaces de procesarlos.

La producción estadunidense de crudo fracking, lo ha colocado como primer productor mundial de petróleo, por encima de Rusia y Arabia Saudita, con un poco más de 15 millones de barriles por día. Adicionalmente, le ha planteado la oportunidad geopolítica de controlar la producción petrolera de: Irak (invasión, 2003), Libia (destrucción 2011), Canadá, México (Control petrolero privado), Brasil, Colombia, Argentina y Siria (destrucción 2012). Esto le ha facilitado inundar el mercado petrolero con crudos, produciendo una sobre-oferta que redujo los precios del barril en el rango de los 30 dólares o menos.

La razón fundamental de sobre oferta fue actual geopolíticamente sobre la OPEP y destruir las economías de Irán y Venezuela, además de llevar a Rusia a bancarrota. Pero Estados Unidos produce más petróleo que la capacidad que posee para transformarlo por vía de la refinación o por mezclas. Al no poder colocar sus crudos en ninguna parte, el imperio se da un tiro en el pie. Su producción no tiene a donde ir y están tan saturados sus almacenes que se produce el “efecto basura”.

¿Afecta esto al crudo venezolano?, en cierto modo; no obstante, por ahora, PDVSA vende su crudos en los mercados de Asia (China, India y Rusia) que se rigen por el marcador Brent del mar del Norte. También vende al Caribe bajo un esquema especial vía PETROCARIBE, donde no impacta el WTI. La salida más rápida para la crisis petrolera estadounidense es dejar que Venezuela reactive producción de crudos pesados y extrapesados, importar desde EEUU el diluente del Fracking. Pero al cerrar Donald Trump esa puerta, se ahogan en su propio caldo petrolero. La geopolítica no siempre favorece al productor más osado.

Daniel E. Páez es profesor Ph.D de la Universidad Venezolana de los Hidrocarburos. Investigador de Intevep. Experto en geopolítica.

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