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jueves, 14 de noviembre de 2024

EL DESVARÍO DE LUÍS BRITO GARCÍA: EL ILUSIONISMO PEQUEÑOBURGUÉS

 Armiche Padrón

Responsable de la Escuela de Cuadros 

del Comité Central "Olga Luzardo" del PCV,

13-11-2024.

Armiche Padrón

El hecho de que una pluma como la de LBG sea “acusada” de poseer un carácter pequeñoburgués, puede generar efectos insospechados entre sus pares y tantos que, sin quitarles la razón, lo consideran como una de las plumas más versátiles y sagaces de la Venezuela actual. Sin embargo, el origen de clase y la concepción de vida que poseemos los seres humanos, terminan definiendo nuestras posturas que en algunos casos, como en el artículo de LBG “Lula, servidor de dos patronos” (02-11-2024), terminan veladas por el pañuelo del ilusionismo con el cual, las formas etéreas en que se manifiesta la realidad, no corresponden con su esencia: algo así como cuando conocemos a alguien y su sonrisa nos cautiva, para luego saber de la naturaleza pérfida que lo define.


Sobre los BRICS, Lula y Nicolás nació un discurso oficial desde Miraflores, de seguro muy pronto dictaminado por el TSJ como verdad única e inapelable, que mantiene la tradición de no superar la gestión de las crisis sin apelar al enemigo  externo (llámese imperialismo, guerra económica, traidores, células terroristas, incluso iguanas…, o Lula), sin que medie, de alguna manera, rastros de una autocrítica que permita asumir de manera integral las situaciones. La soberbia, en este caso, define parte de la naturaleza de la dirección política incrustada en Miraflores.


Una de las dolencias actuales de la “opinión experta”, de la “reflexión profesional” y de la “opiniología” descansa en que se gestionan los análisis con base en el uso de conceptos abstractos a falta de fundamentación científica y argumentos abriendo trochas a la especulación subjetiva y que siempre recaen en los individuos, como si los fenómenos sociales dependiesen de una persona y no de las relaciones sociales que los germinan.


Hablar de Lula pasa por entender lo que es Brasil y sus particularidades con el resto de América Latina, y entender que hablamos de una sociedad con una de las burguesías autóctonas más avanzadas de la región (por ejemplo fueron los únicos que lograron avanzar en todo el continente más allá de las primeras fases de la industrialización auspiciada por las multinacionales y la CEPAL en el s.XX) y una de las pocas con un “proyecto nacional” sobre el cual llevan décadas trabajando. Plantear, en este contexto, que Lula llegó a la presidencia para contrarrestar o enfrentar al capitalismo no pasa de ser un desliz infantil con el cual se aspira a ver a los Correa, los Nicolás, las Christinas, los Evos como líderes revolucionarios y anticapitalistas, cuando la realidad demuestra que solo aparecen en la escena con la firme intención de gestionar, administrar, viabilizar, endulzar y profundizar el capitalismo en nuestra región. Apelando a la cita de Theotonio Dos Santos que emplea LBG; la misma sirve no solo para describir a Lula, sino a todos los gobiernos “progresistas” (socialdemócratas) de la región que no pasan de una estrategia de redistribución de las rentas, sobre los rieles de las políticas neoliberales que dominan en este ciclo del capitalismo. La gestión institucional de la administración pública de estos gobiernos progresistas posee el disfraz de la prédica socialista, pero apuntan en concreto a la restauración de pactos sociales que pretenden la conciliación de clases inspirados en un moribundo Estado de Bienestar socialdemócrata. ¿Su objetivo?: impedir que las masas trabajadoras de la ciudad y del campo asuman conscientemente su papel de liderazgo revolucionario y anticapitalista.


El problema de Venezuela es que desentona en los BRICS al mostrar su incapacidad para idear un plan de industrialización que soporte la línea estratégica de los BRICS; además es un país que promueve, en su carácter rentista-parasitario, la especulación financiera del $ como sustento del sistema, y con el cual los BRICS desarrollan un pulso también estratégico. Pero lo más importante, el Gobierno de Nicolás y de la burguesía que lo acompaña (Fedecamaras y Fedeindustria) han demostrado como conserjes de la administración pública ser unos ineptos, y bribones, incluso dentro de los parámetros de la moral liberal. Estos elementos permiten entender el porqué del veto, que debió ser consensuado, para impedir el ingreso de Venezuela, pero no el de una economía en peor estado (Cuba) o que arrastra problemas de legitimación más graves (Nicaragua).


LBG en su intento por caracterizar a Lula como un oportunista que juega entre los dos polos dominantes organizados del capitalismo (BRICS y G20), hizo el favor de describir el oportunismo de Nicolás Maduro, que permite a Chevrón el control de la industria petrolera y que pretende que Rusia y China alimenten con recursos sus necesidades de alimentar la economía ilegal con que se mantienen en el poder.


El ilusionismo de algunos intelectuales, de seguir viendo revolucionarios en gobiernos  de mediocre tino socialdemócrata, los lleva por el camino de la incomprensión de lo que sucede en la realidad concreta.


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