Juan Ramón Guzmán,
Acarigua, 26 de mayo de 2022.
Juan Guzmán. |
Si se recurre al capitalismo y "a sus armas melladas", como dijera un vomitador de gamelote, por ahí hace un poco más de 50 años, en la resolución de una crisis que bastante que se nos dijo era inducida (y ahora se le da el tratamiento como si su origen fuese propio del comportamiento metabólico de la economía), es obvio el resultado que se obtendrá: más capitalismo.
Fue a Nildo Ouriques, brillante economista brasileño, a quien le oí esta frase una vez en Caracas, "no se puede ir a un lugar contrario, continuando en la misma dirección". Se refería a Lula. Que continuaba la misma ruta económica de Cardoso, diciendo que lo hacía para desmontar ese camino, mientras que a su programa bandera "Hambre Cero" le asignaba un monto irrisorio y ridículo en el presupuesto. Es elemental la frase del célebre profesor santacatarino, pero vista la aplicación al caso que le dio, tiene una enorme fuerza como síntesis. Si Nildo repitiera hoy su frase en Caracas, lo más seguro es que le señale de vomitador de gamelote.
Ayer en horario estelar en la televisión pública se entrevistó a un corredor de bolsa para pontificarnos a "las bondades" de colocar a nuestros bienes públicos, estratégicos y sensibles a la soberanía nacional, en ese mecanismo del mercado, a modo de obtener del Gran Capital el dinero fresco que se necesita para reactivarlos y ponerlos al máximo de su capacidad. Aquel hombre se me parecía a un proxeneta ofreciéndole una prostituta a un cliente. Lo cumbre fue, que a sus categorías capitalistas inocultables las pretendía pasar bajo conceptos revolucionarios. Todo un fraude. Fue muy burdo, frente a alguien que maneje medianamente el tema. Lo grotesco es, que nuestro pueblo se traga ese veneno puro, y el periodista jugaba en eso un papel nada inocente (Búsquenla y véanla. Fue ayer, miércoles 25 de mayo, el programa 360°; la televisora pública, VTV; el entrevistado, Federico Schémel; y el periodista, Boris Castellano).
En Venezuela opera en estos momentos un reescribimiento de los conceptos y de la historia. No sé hasta dónde se pueda sostener esa avanzada, que vista por la línea editorial de la política comunicacional oficial, es un proyecto nítido de acompañamiento ideológico al viraje político que aquí se viene experimentando desde hace 5 años. No es la patriada solitaria de Faría atacando a Pasqualina. No, esto es mucho mayor. Digo que no sé hasta dónde se pueda sostener esa avanzada ideológica, porque no se pueden mantener en paralelo a dos posiciones antagónicas como si fuesen una sola por mucho tiempo, porque los hechos siempre terminan haciendo trizas a los malabarismos del discurso.
Es una cuestión de tiempo para que se demuestre quién al final estuvo vomitando gamelote. Lo terrible es que para entonces el daño estará hecho. Un daño que será mucho más oneroso que alguien vomitando gamelote.
Fue a Nildo Ouriques, brillante economista brasileño, a quien le oí esta frase una vez en Caracas, "no se puede ir a un lugar contrario, continuando en la misma dirección". Se refería a Lula. Que continuaba la misma ruta económica de Cardoso, diciendo que lo hacía para desmontar ese camino, mientras que a su programa bandera "Hambre Cero" le asignaba un monto irrisorio y ridículo en el presupuesto. Es elemental la frase del célebre profesor santacatarino, pero vista la aplicación al caso que le dio, tiene una enorme fuerza como síntesis. Si Nildo repitiera hoy su frase en Caracas, lo más seguro es que le señale de vomitador de gamelote.
Ayer en horario estelar en la televisión pública se entrevistó a un corredor de bolsa para pontificarnos a "las bondades" de colocar a nuestros bienes públicos, estratégicos y sensibles a la soberanía nacional, en ese mecanismo del mercado, a modo de obtener del Gran Capital el dinero fresco que se necesita para reactivarlos y ponerlos al máximo de su capacidad. Aquel hombre se me parecía a un proxeneta ofreciéndole una prostituta a un cliente. Lo cumbre fue, que a sus categorías capitalistas inocultables las pretendía pasar bajo conceptos revolucionarios. Todo un fraude. Fue muy burdo, frente a alguien que maneje medianamente el tema. Lo grotesco es, que nuestro pueblo se traga ese veneno puro, y el periodista jugaba en eso un papel nada inocente (Búsquenla y véanla. Fue ayer, miércoles 25 de mayo, el programa 360°; la televisora pública, VTV; el entrevistado, Federico Schémel; y el periodista, Boris Castellano).
En Venezuela opera en estos momentos un reescribimiento de los conceptos y de la historia. No sé hasta dónde se pueda sostener esa avanzada, que vista por la línea editorial de la política comunicacional oficial, es un proyecto nítido de acompañamiento ideológico al viraje político que aquí se viene experimentando desde hace 5 años. No es la patriada solitaria de Faría atacando a Pasqualina. No, esto es mucho mayor. Digo que no sé hasta dónde se pueda sostener esa avanzada ideológica, porque no se pueden mantener en paralelo a dos posiciones antagónicas como si fuesen una sola por mucho tiempo, porque los hechos siempre terminan haciendo trizas a los malabarismos del discurso.
Es una cuestión de tiempo para que se demuestre quién al final estuvo vomitando gamelote. Lo terrible es que para entonces el daño estará hecho. Un daño que será mucho más oneroso que alguien vomitando gamelote.
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