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martes, 14 de septiembre de 2021

LA IZQUIERDA IMPOTENTE

Armiche Padrón
Secretario Político - Regional Sucre, 
14 de septiembre de 2021. 

Dip. Armiche Padrón,
Sec. Político Regional -
PCV - Sucre. 
En días recientes apareció en los grupos de las redes un artículo que habría sido suscrito por Elías Jaua Milano intitulado "La Izquierda", con el cual se retrotrae el debate hacia la vigencia o no de la díada "derecha-izquierda" para intentar comprender los fenómenos actuales. Tres (3) elementos definen su escrito: el desclasamiento del discurso, la absolutización de los conceptos y el desarraigo de la historia. Para Elías ser de izquierda es militar con "la causa de los humildes, los explotados, de los excluidos y excluidas; es decir, de los obreros y obreras, de los campesinos y de las campesinas, de los y las indígenas, de las mujeres, de la juventud transformadora, de la gente del barrio, del pueblo trabajador". Ser de izquierdas es ser soñadores y pometeos de la "igualdad" (entre pobres y ricos) y la democracia (para explotador y explotado).

Desconoce Elías en este desagregado de definición algunos elementos: sitúa la lucha en abstracto, olvidando que la lucha entre izquierda y derecha nace con el surgimiento y desarrollo del capitalismo y termina siendo asumida por el movimiento obrero como su referente; al hacerlo desconoce la doctrina científica del marxismo desarrollada por Marx, ante todo en El Capital y en una bibliografía tan extensa como científica y variada; y continuada por Lenín, entre tantos otros, y la cual, por mucho que han intentado negarla desde la trinchera de la burguesía y del revisionismo, aún se mantiene firme... y regia en su basamento científico.

Desconocer la existencia de causas, factores y elementos determinantes, fundamentales y decisivos en los procesos sociopolíticos y socioeconómicos conduce a Elías a ser un albacea del pensamiento metafísico ("Soy de la izquierda que no tiene otra opción que la opción cristiana por los humildes"), del idealismo más burdo que lo lleva a absolutizar todo. Así, el "pueblo" es una masa de harapientos, marginados, explotados, espacio donde no se distingue el que explota del explotador, el que se llena la barriga del harapiento, no existen clases sociales sino masa de intereses y necesidades. He aquí, entonces, que nacen los preclaros, aquellos a los cuales está reservada la divina claridad para enrumbar las luchas de los humildes. Pasamos de carácter científico de la lucha de clases hacia la teología de "la opción cristiana por los humildes" (de haber nacido en el Medio Oriente, hablaría de la opción islámica por los humildes, y si hubiese nacido en la India... dejémoslo de esta altura).

La "izquierda" no puede absolutizarse; quienes la conforman representan una heterogénea composición social (pequeños comerciantes, artesanos, empleados o intelectuales), los que no siempre poseen la firmeza necesaria para resistir la intensa lucha política e ideológica en la que están envueltos, y mucho menos resistir las embestidas reaccionarias. La "izquierda" no puede absolutizarse, ella no es solo una ideología, implica también la existencia de programas, representa intereses, motivaciones y valores, los cuales, a fin de cuentas, son de clase, no de "identidades" como muchos pretenden de forma subjetiva. Eso explica lo que Elías es incapaz de entender cuando dice que en la izquierda (otra vez absolutiza para no asumir responsabilidades) "tenemos una capacidad infinita de dividirnos, tal vez derivada del espíritu rebelde y de la metodología crítica". La rebeldía no es sinónimo de ser de izquierdas (pregúntenle a Ford, por ejemplo) ni de esconderse bajo el manto metafísico de una "metodología crítica"; ni solo sinónimo de no saber qué está pasando a tu alrededor.

Por eso es necesario relativizar conceptos. Entender que se puede ser de izquierdas y enamorado del capitalismo (los socialistas son exponentes claros de esto), ser de izquierdas y, a la vez, un racista empedernido (los exaltadores de la "raza" como criterio de ser "progresista") y hasta se puede ser un burgués de izquierda mientras asumes "la opción cristiana [idealista] por los humildes".

Ser de "izquierdas" termina siendo un basamento justificador con el cual, cuando las cosas van bien, "pertenezco a una identidad de la historia humana, ideológica y política que tiene colores, consignas, letra, música, poesía, pintura, costumbres, teoría, métodos, alegrías, tristezas, carga histórica y un compromiso que honrar con nuestros y nuestras referentes y mártires de todos los tiempos"; pero, cuando la cosa aprieta, comienzo a echar culpas a la "ingenuidad", a actitudes contrarias a "la opción cristiana por los humildes" (es decir, el pecado que tan solo requiere un acto de confesión); o, peor aun, se percatan de que lo que creían como "rumbo ideológico" no es más que la suma de fenómenos heterogéneos, unidos por simples analogías y, en el peor de los casos, de parábolas.

Por estas razones, ser de izquierda es algo que viene perdiendo referencia en el ámbito político. Se puede ser la izquierda dentro de un partido de derechas, o ser la derecha en un partido de izquierdas; pero, con los criterios teológicos de Elías, no sabremos explicar las razones que llevan a Maduro, Jorge Rodríguez y a otros tantos a desmontar todo el proyecto original con el que Chávez comenzó sus andadas. ¿Ingenuidad? ¿Pecado?

No basta ser de izquierda para transformar las injusticias, para realizar transformaciones estructurales progresistas; no basta ser de izquierdas para asegurar el desarrollo nacional en base a una economía racional en favor de los trabajadores; no basta ser de izquierdas para transformar el Estado burgués y colocarlo al servicio de las "mayorías".

Hace falta para esto, para tenerle un futuro diferente y seguro a la humanidad, ser comunista. Lograr trascender al capitalismo y construir un modo de producción socialista demanda ser comunista. Y serlo implica entender que la ciencia es la única que nos da posibilidades de supervivencia y garantiza sembrar a nivel estructural y no de manera coyuntural.

De seguro, más de uno sacará a relucir el "caso de la Urss" o las variables de China, Vietnam y Cuba en la actualidad. A esos les aseguro que desde el marxismo-leninismo no nos hace falta reencontrarnos con opciones de caridad ni amigos imaginarios; la ciencia tiene las respuestas. Lo cierto es que la "izquierda", vista como Elías la ve, siempre termina igual por ingenuidad, pecadora y falta de ideología clara. Por eso he sido, soy y seguiré siendo comunista.

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