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domingo, 30 de agosto de 2020

EN DEFENSA DEL PCV FRENTE A LA CORRIENTE PEQUEÑO-BURGUESA DE MISIÓN “VERDAD”

Equipo Canta Claro
Agosto de 2020. 

¡PCV!
Tal parece que la iniciativa de la Alternativa Popular Revolucionaria (APR) causó indignación entre los “arzobispos” de Misión “Verdad” (MV). Argumentan que dicha iniciativa va en contra de los principios del Gran Polo Patriótico “Sagrado” de Chávez, como ahora lo llama Nicolás Maduro. De forma reciente, el jefe redactor de MV, William Serafino, definió al chavismo como una “religión cívica”. 

No deja de sorprendernos cómo la nomenclatura religiosa está cada vez más arraigada en la narrativa de importantes círculos del poder político nacional, esto para justificar y, en muchos casos, imponer decisiones en nombre de Chávez... y de Dios. ¡Cuidado con osar discutirlas o debatirlas! 

Todo este sincretismo político-religioso que emana de esa corriente pequeño-burguesa se expresa en las últimas entregas de Misión “Verdad”, varios de cuyos redactores han iniciado una campaña abierta y frontal en contra del accionar histórico del PCV, valiéndose de frases −descontextualizadas− de Chávez, olvidando (u omitiendo) que fue la tarjeta del Gallo Rojo el primer partido político que respaldó la candidatura de Hugo Chávez en 1998, ratificando su liderazgo en 2000, 2004, 2006 y 2012. 

Esta corriente pequeño-burguesa hace esfuerzos para que el PCV sea intervenido (tal como lo han hecho con Tupamaros, PPT, UPV, entre otros partidos en reciente fecha) en nombre de la sagrada unidad: si no es a la buena, es a la mala. Toda esta artimaña tiene como propósito desacreditar la naciente Alternativa Popular Revolucionaria (APR), espacio que surge ante la necesidad de construir un referente de encuentro entre distintas organizaciones políticas revolucionarias para la defensa del pueblo trabajador de la ciudad y el campo ante las agresiones del imperialismo y el reformismo entreguista, en detrimento del GPP, espacio convertido en plataforma de exclusiva función electoral por el cogollo nacional del Psuv. Por ese mismo motivo, nada desdeñable, ya no creemos pertinente colocarle el nombre del Libertador. 

Situación parecida resulta el “re-lanzamiento” del “bloque histórico”, cuya iniciativa surgió en 2013, pero que nunca arrancó; ya saben: lo urgente siempre se impone sobre lo importante. Este concepto gramsciano fue desnaturalizado en su concepción relacionada con la hegemonía de la clase trabajadora al sustituirlo, en la narrativa “ideológica” del Psuv, por una tal “clase popular heterogénea" (esa donde caben cien: 50 paraos’ y 50 de pie, o “Raimundo y todo el mundo”: desde la “burguesía revolucionaria” de Castro Soteldo hasta el emprendedurismo de Oscar Schemel), planteamiento teórico que surge, suponemos, de la idea madurista de “transcender la izquierda”, idea dirigida, sin más tapujos ni postergaciones propias del disimulo politiquero, a salir del clóset para colocar al Psuv en su justo lugar, por demás bien ganado dadas sus propias actuaciones, públicas y notorias: ser un partido policlasista, de masas, mientras dice trabajar para presentarse como un “partido de movimientos” (¿?). 

Pero la unidad inquebrantable de los comunistas está blindada en sus pilares democráticos, como lo son sus Estatutos, Programa y Línea Política, los cuales son refrendados mediante la práctica del centralismo democrático, toda vez que las autoridades del Partido son renovadas y ratificadas cada tres (3) años, de acuerdo con los estatutos, a través de conferencias celulares, locales, regionales y en la máxima instancia, el Congreso Nacional del PCV. La gran mayoría militantes del Psuv ya quisiera poder votar y escoger a sus autoridades a través del sufragio y no por “dedocracia”. ¿No sería bueno escribir sobre esto, Misión “Verdad”? 

Sin embargo, a los señores Willian Serafino y Franco Vielma les cuesta despojarse de las gríngolas religiosas y escriben en cada versículo de sus recientes artículos cualquier disparate e improperio contra el Partido Comunista, al calificar las exigencias sobre el aumento de salarios como “tremendistas” e “izquierdistas” por demandar un salario “demasiado alto” para una economía quebrada como la del país, esto mientras sectores de la burguesía parasitaria se gozan la crisis y reciben todo tipo de estímulo y financiamiento para la “producción” y el “abastecimiento” (de bodegones, abastos, supermercados, mercados “populares” o bodegas de barrio, lugares donde los que menos se mencionan y aplican son los tales “precios acordados”… ¿Alguien se acuerda de ellos?). En este punto, se ha generado un intenso debate por parte de un sector importante del Psuv que recomienda a Nicolás Maduro varias estrategias y políticas para aumentar salarios y pensiones. Respuesta oficial de un diputado psuvista: “no hay dinero” para ajuste salarial mientras continúe el bloqueo imperialista. ¿Gobierno obrero? ¡Síiiii, Luis! 

La excusa del bloqueo imperialista (mezcla de determinismo con reduccionismo) no puede ser siempre la respuesta a todos los problemas, ni siquiera a los más sensibles: desde la ausencia consuetudinaria de una política económica y salarial eficaz (todas las de Maduro han sido un estruendoso fracaso) hasta la falta de recolección de la basura, pasando por la liberación del precio de los pasaje o las graves limitaciones para obtener una bombona de gas. Y es que en esa misma narrativa Misión “Verdad”, como muchos de la élite psuvista, cuestionan al PCV por “ignorar” este tema, cosa insólita: acusar al Partido Comunista de semejante tontería. Cada lunes, en rueda de prensa, el Buró Político del Comité Central del PCV denuncia las acciones y arremetidas de la canalla imperialista. De hecho, esa ha sido parte de su historia, remontada, tras casi nueve décadas de existencia, a tiempos en los cuales no existían aún ciertos articulistas de la adulación. Así mismo, se denuncia y exige castigo a sus lacayos dentro de Venezuela, como es el caso (impune) de Juan Guaidó, a quien se le acusa de innumerables delitos, pero no se ha hecho nada para apresarlo; la estrategia es “clara”: “dejarlo que se cocine en su propia salsa”. ¿Y entonces? Cosas están pasando (“Cabeza e’ Mango” dixit). 

Para finalizar, le preguntamos a los arzobispos de Misión “Verdad” por qué no investigan temas claves de la vida del país. ¿No existe complicidad de la élite del Psuv con el TSJ para judicializar la situación interna de diversos partidos políticos, así como del sistema judicial en general en función de hacer lo propio con dirigentes sindicales y agrarios que luchan por los derechos de su gente? ¿No existe, ayer y hoy, el amparo gubernamental ante la corrupción y la ineficiencia? ¿Cuándo se va a interpelar a las autoridades y miembros del gabinete nacional? ¿Ninguna cuenta que entregarle al país tras un año tan calamitoso en la calidad de la administración pública? ¿O la culpa es del Covid-19… y, claro, del bloqueo? ¿Cuándo se hará justicia con los casos de los más de 370 campesinos asesinados, y contra directivos del Inti, jueces agrarios, varios gobernadores y alcaldes, funcionarios policiales y militares, latifundistas de ayer y de hoy que, por la vía de los hechos, revirtieron importantes avances de la gestión de Chávez en el campo venezolano? ¿Por qué no se cumplen las promesas hechas a los protagonistas de la Marcha Campesina Admirable? ¿Por qué el dólar oficial continúa en su empeño de perseguir al dólar paralelo, contribuyendo a diario con la pulverización del escuálido ingreso familiar al ser referencia para el remarcaje continuo de los precios de bienes y servicios? Porque escribe poco o nada sobre temas tan pertinentes, el pueblo de Venezuela le pregunta sobre estos y muchos otros asuntos a MV... eso por una duda que tiene.

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