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jueves, 21 de octubre de 2021

UNA NUEVA IGLESIA ESTÁ POR NACER

Armiche Padrón
21 de octubre de 2021. 

Dip. (PCV) Armiche
Padrón. 
El día 18 de octubre se instaló en Caracas la “VI Escuela Decolonial”. Como era de esperarse, la audiencia virtual esperaba ansiosa la presencia telemática del gran chamán de la orden más progre del nuevo espiritualismo andino-amazónico: la “Decolonialidad”.

"Todes" "reunides" y "todes" armonizados entre sí al calor de la Pachamama, aunque en realidad empleasen Al tan eurocéntrico, patriarcal, libidinoso y blanco sistema virtual basado en el excelso lenguaje binario del 0 y el 1 que sustenta la informática hoy en día.

Pero, como el dogma no es su talante, se tranquilizaba al rebaño arguyendo que el uso de las nuevas tecnologías, aunque negado por los ancestros, se empleaba por un bien superior: alcanzar la "comunidad del vivir bien", lo que no dejaba de recordarme el argumento de los curas españoles fusil en mano y en caza a los "rojos" por el bien superior de salvar a la apostólica y romana Iglesia y garantizar a los fieles el Edén del vivir bien.

La presencia inmaculada del portorriqueño, aunque anclado en sus bolsillos e hipotecas, hace mucho en el mundo anglosajón de donde abreva la savia del nuevo culto, y anunciaba, más que el ya conocido "giro decolonial", los dos (2) llamados fundamentales: el primero dirigido a la defensa, por parte de los discípulos, de los procesos políticos "progres" latinoamericanos (¡ya la liturgia decolonial borró de sus versículos términos como "Revolución Bolivariana”!), ya que, no en vano, allí es donde se produce el diezmo de la nueva religión académica. El segundo era el de redoblar esfuerzos por institucionalizar la Escuela Decolonial en Caracas, para así seguir penetrando las esferas del Estado (patriarcal, blanco, libidinoso y eurocentrista, pero muy bien respaldado en lo financiero) y seguir sumando "monjes" a la orden decolonial de los sacrosantos misterios del conocimiento ancestral.

El segundo sermón del día estuvo a cargo de la doctorísima (título patriarcal, eurocéntrico, libidinoso y nacido en la premodernidad) mexicana. Activista del partido político mexicano Morena (variante consanguínea de Podemos, Syriza, Psuv, etc.), logra en su inmaculada ponencia el gasto de no pocos "megas" (0-1), dirigiéndose a la audiencia para anunciar la existencia de la “crisis civilizatoria” (no importa que hubiese sido planteada por el eurocéntrico Samuel hace ya tiempo), la que obliga a construir el Nuevo Testamento del mundo académico: el pomposo “Marco Categorial Transmoderno y Postoccidental”.

Este nuevo, científico, andino, místico e identitario Nuevo Testamento exige, para su desarrollo, la creación de la casta sacerdotal que también lo publicite. He aquí donde la Doctora azuza a la audiencia a transformarse en la casta chamánica que lleve la nueva palabra del "Espíritu Absoluto" (¡a lo Hegel, pues!). En este punto debo reconocer mi relativa racionalidad (soy un "racista epistémico hegemónico", según la nueva iglesia), pues no sabía si me encontraba ante la reencarnación de Comte, o ante una convención de assimovistas. Poco faltó a "todes" "les" presentes para gritar “¡Vivan ‘les’ científiques’ ‘místiques’!, ¡Vacío eterno para ‘les’ ‘Otres’!” (esto del lenguaje inclusivo he de reconocer que aún no lo domino).

El punto orgásmico se alcanza cuando la Doctora anuncia los pasos necesarios para formar parte del nuevo sacerdocio místico de la academia contemporánea. Cuatro (4) pasos ha de cumplir el iniciado para ser parte del Nuevo Mundo: la crítica a todo lo conocido, por estar preñado de maldad en sí mismo; la reflexión sobre lo criticado en plena conexión con nuestros ancestros (vengan de donde vengan); el pensar muy bien en lo que se está reflexionando y criticando para ser buenos (andinos) y no europeos (malos); y, al final, el último grado (algo así como Profesor Titular universitario): la meditación, el encuentro directo con los ancestros como forma de alcanzar la verdad, no aquella derivada del método científico, tan macho él, sino la verdad que deviene de la meditación, de la exaltación mística donde el ser y el universo son un todo en equilibrio en la medida en que los decoloniales así lo desean.

Resulta obvio que la crisis capitalista que estamos viviendo trastocó todas las utopías liberal-burguesas. Ya ni el espanto (el fantasma del comunismo) les hace mella y, sin embargo, los numeritos de la contabilidad capitalista solo dan saldo positivo en un nivel cada día más concentrado de individuos. La crisis en la que se suman las utopías burguesas (libre mercado, crecimiento exponencial, etc.) logra que la pequeñaburguesía tiemble ante el panorama de proletarización anunciado por Marx, de forma tan fecunda, en El Capital. Pero esa pequeñaburguesía, muy adoctrinada en el anticomunismo mac cartista, y tan empeñada en alcanzar el grado de burguesía, lejos de arrimar hombro con el proletariado se rebusca en sí misma tratando de reconstruir utopías en estos tiempos virtuales.

En la primera crisis que atraviesa el capitalismo (cuando los numeritos no le daban, cuando la nobleza feudal aún mantenía posiciones de poder y el proletariado comenzó a asumir posiciones de lucha), la burguesía más reaccionaria financiaba a pensadores pequeñoburgueses para que desmontaran todos los tipos de racionalidad existentes. Nacía el “irracionalismo” como la tendencia más importante, y reaccionaria, de la filosofía burguesa contemporánea para la incomprensión del nivel que alcanzaban las fuerzas productivas en el momento y el desarrollo de la lucha de clases.

Hoy en día los sectores más reaccionarios de la burguesía (la financiera) repiten la misma fórmula a través de Centros de Investigación y Universidades: reflotan el irracionalismo bajo el precepto, a lo Kierkegaard, de que solo la subjetividad del individuo, desplegada hasta el extremo, es la única fase auténtica del ser humano...

La presencia del revisionismo, progresismo y del revolucionarismo nacionalista en el "auditorio" de la “VI Escuela Decolonial”; la presencia de esta “religión-ciencia" en los ministerios de educación, universidades y centros de investigación permiten entender de dónde nacen ideas como los gallineros verticales o que cada quien siembre el tomate que se quiere comer. Para muchos una simple reunión de templo, iglesia, sinagoga, mezquita o ermita, en realidad es la convocatoria irracionalista de moda entre la pequeña burguesía académica.

Nada de malo existiese en eso bajo la idea de "libertad", tan bonita en labios de la burguesía y tan acomodaticia en boca de la pequeña burguesía. El problema real y de fondo es que el irracionalismo ya una vez devino en la construcción de una filosofía, una sociología y un programa fascista, en la medida en que la burguesía no lograba, con el irracionalismo clásico, correr la arruga de su mística utopía basada en el idealismo.

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