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domingo, 22 de agosto de 2021

COMUNISTAS Y FEMINISMO

Armiche Padrón
22 de agoto de 2021. 

Dip. Armiche Padrón,
Sec. Político - PCV - 
Regional - Sucre. 
Los ataques contra el marxismo, en particular, y los comunistas en general, no poseen un solo punto de mira. El abanico sobre el cual cuelgan conforman un espectro muy amplio que solo demuestra la impronta y el carácter trascendente del marxismo y del accionar comunista.

A pesar de la variedad de ataques, de la pluralidad de actores que asumen el riesgo de trascender o aplastar al marxismo o al recorrido político de los comunistas, existen elementos comunes en los anticomunismo que los une: el primero de ellos derivado del desconocimiento real del marxismo, la mayoría de las veces anclado en la no lectura de aquellos a quienes critican; el segundo es una retórica basada en trascender al marxismo, pues el mismo estría “caduco”, o bien no trató determinados problemas, hoy en día actuales. Estos elementos se articulan de forma dialéctica con el claro objetivo de, al menos, desnaturalizando al marxismo, lograr minimizar su efecto transformador y revolucionario en el seno de la sociedad, como parte de una estrategia burguesa que, al entender que la confrontación directa no le ha dado resultados, deriva en variantes estratégicas que la conducen a estimular el fortalecimiento de los quinta columnas (el revisionismo clásico), incorporándoles el apoyo de algunos sectores del mundo académico dedicados a "estudiar" el marxismo en profundidad (hablamos aquí de casos como la “Escuela de Frankfurt” o los aportes del “postestructuralismo”), los cuales, después de la II Guerra Mundial (1939-45), recibieron ingentes recursos del imperialismo para ejecutar una política cultural (en verdad una ofensiva ideológica) que aún se mantiene.

Las variantes de este giro en la estrategia de la contraofensiva antimarxista y anticomunista encuentran, en el mundo universitario anglosajón, la respuesta adecuada: nace así el “posmodernismo”, asociado con las corrientes neoconservadoras de USA y GB; se desarrollan las teorías postcoloniales y los estudios subalternos, en tanto expresión de "rebeldía" de la intelectualidad agitada de Asia y África. Y (no podía quedarse atrás), un conjunto de eruditos latinoamericanos se apuran a lanzarse al mercado de los congresos, ponencias, equipos de estudio financiados por instituciones internacionales, en las que no prima la transparencia (ni financiera ni académica) como uno de sus valores: nacen los “decoloniales”.

"Posmos", "postco", "subal" y "deco" se unen al coro antimarxista y anticomunista tradicional: la economía es incapaz de explicar el desarrollo histórico y acusan al marxismo de determinista; y el sujeto histórico (proletariado) que, cual Moisés, debía conducirnos hacia la tierra prometida, ya no existe, etc. Priva ahora, y en eso Laclau es un genio, hablar de "identidades" y no de "clases sociales".

En este sentido, la histórica problemática de la mujer es publicitada, financiada (suficiente documentación al respecto sobre cómo en la trastienda de no pocas ONG´s promotoras del derecho al aborto, se encuentran intereses transnacionales concretos) y se impone como determinante para resolver problemas del buen vivir. Desde ese campo de lucha, se pretende de diversas maneras (política, académica, financiera y propagandística) "invisibilizar", como gusta hoy en día hablar, a Marx y a los comunistas; se pretende desvincular al uno y a los otros de las luchas, justas y necesarias, de la mujer, pues se imponen dos (2) ideas: la primera es que el marxismo y el comunismo son patriarcales; la segunda: Marx y los marxistas no tienen planteamientos concretos sobre la explotación de la mujer, pues ella es sólo parte de una clase.

Para quienes así piensan, sería interesante verlos dedicarse un tiempo a revisar cómo Marx y Engels desarrollaron toda una labor teórica y práctica denunciando la situación de explotación de las mujeres en las fábricas, condenando la prostitución y denunciando que, dadas las condiciones como vivían, era imposible la existencia de la familia para los proletarios.

Un "paseo" por textos como “Sobre la cuestión Judía” (1843) y los “Manuscritos económicos y filosóficos” (1844), les permitirán ver cómo Marx establece que los vínculos entre los hombres y las mujeres son representativos del nivel del desarrollo social; por lo que las formas de propiedad privada y posesión dominan y hacen de la relación entre géneros un objeto de comercio. De ahí la comprensión histórico-concreta del por qué la mujer es considerada como una mercancía. Si no bastan estas referencias, animamos a leer un trabajo posterior, “La sagrada familia” (1845), donde Marx y Engels apuntan que los cambios históricos pueden estar determinados por el progreso hacia la libertad de las mujeres. De igual manera, y manteniendo continuidad con obras precedentes, se denuncia el trato inhumano al que es sometida la mujer y es rechazada la hipocresía de la burguesía, esa que pocos sectores feministas hoy en día son capaces de reconocer.

Engels realizaría un exhaustivo trabajo, “La situación de la clase obrera en Inglaterra” (1844), detallando el modo de vida de las mujeres de la época; allí comentó sobre los abortos, la complicación de los partos, el nacimiento de los niños en las propias fábricas, las limitadas expectativas de vida, la imposibilidad de que las nuevas madres cuidaran a los recién nacidos, la prostitución, el alcoholismo y las largas jornadas de trabajo.

Sólo "progresistas" de diversa ralea son capaces de tal nivel de ignorancia e hipocresía. Los aportes originarios de Marx y Engels sobre la temática de la mujer y aspectos sociales vinculados de forma directa con ella, son una muestra del sentir reaccionario y patético del anticomunismo en un denso sector del “progretariado” y del feminismo contemporáneo. Quizás se argumente: “Está bien, desconocía eso y los estudiaré; ¡pero ustedes, los comunistas, reproducen el patriarcado! ¡Eso es innegable!”.

Ante eso uno debe reconocer que la ignorancia es gratuita, y que los intereses de clase no se pueden esconder en medio de las vísceras dispuestas como neuronas. Es imposible, con cierto nivel de seriedad y humildad, desconocer el papel, carácter y naturaleza de la mujer durante la primera experiencia del movimiento obrero (la Comuna de París) y los derechos alcanzados en ese breve y originario momento de éxito proletario. A partir de ahí es una constante que las organizaciones obreras y los partidos comunistas y obreros, muestren la presencia activa de las mujeres revolucionarias como nunca antes se había visto, siendo pioneros en este sentido, no por la lucha de la mujer en su seno, sino por ser parte de la naturaleza de la clase despojada de vicios, espejismos y trampas burguesas, expresada aquella en el quehacer de la vida militante comunista.

No se puede desconocer cómo desde el marxismo y el comunismo se alentó, respaldó y defendió el papel de destacadas militantes en la dirección de las organizaciones sindicales, sociales y del Partido. Tomemos el caso de la camarada Clara Zetkin, impulsora del sufragio universal femenino, incorporando por primera vez este derecho en el programa de un Partido (“Programa de Gotha”, 1875). Fue impulsora de una revista dedicada a la mujer trabajadora, Die Gleichheit (La igualdad), y quien hace posible la conmemoración del “Día Internacional de lucha de la mujer trabajadora”, así como la fundación de organizaciones propias bajo el cobijo de los PC´s.

Pretender centralizar la lucha en temas identitarios (la mujer, las minorías étnicas, el género, etc.), son poderosos alicientes para la movilización, pues convocan a objetivos concretos de lucha; pero significan un retroceso imponente en las posibilidades de trascender al capitalismo.

Negar, sin lograr desmontar un ápice toda la ciencia elaborada por Marx, el papel determinante del trabajo en el seno de la sociedad humana es, de manera simple y comprobada en la historia, continuar legitimando y fortaleciendo al capital y sus diversas formas de explotación contra las identidades existentes. Negar la lucha por superar la contradicción capital-trabajo sigue y seguirá siendo una postura reaccionaria, aunque se aderece de una retórica hermosa fundada en los meta-relatos, la metafísica y las posturas inmediatistas.


Miembro del Comité Central del PCV
Responsable de la Escuela de Cuadros del Comité Central
Secretario Político del Comité Regional del Estado Sucre

1 comentario:

  1. Es decir que constituir y fortalecer la lucha del Movimiento de Mujeres constituye un retroceso para las luchas del movimiento comunista????

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