José Gregorio González,
Célula "Álvaro Cunhal",
Cumaná, mayo de 2021.
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| Prof. José G. González (Soc.). |
Si tomamos en cuenta la última cotización del dólar oficial en bolívares (el llamado dólar de “mesas de cambio”), anunciada el pasado viernes 30 abril, pasadas las 4:30 p.m., a través de la web del BCV (Bs. 2.822.874,48 x $), el nuevo SM amaneció el sábado 1º de mayo en 2,47$ mensuales (terminó abril en 0,63$), el beneficio de alimentación en 1,06$ (culminó abril en 0,63$) y el IM en 3,54$ (dejó abril en 1,27$). Tú me dirás: ¿estamos aún en el foso? ¿Hemos salido de él? ¿O lo estamos haciendo? ¿Nos encontramos en sus orillas? ¿O nos hallamos más abajo del foso? Pregunto… por una duda que tengo.
En el mismo orden (o desorden), esta vez el alto gobierno retomó el “dar la cara” (¡nada que ver con la actitud de los comunistas venezolanos en 1937!) por lo que es un difundo que también le sonríe a él (sus políticas económicas y, en particular, la salarial) y no solo a la política de “sanciones”, bloqueos y saqueo de nuestros activos y bienes en el extranjero que ejecuta la derecha vernácula, junto con el imperialismo gringo y europeo -impunidad oficial de por medio para Juan Guaidó, aderezada con diálogos con la “derecha patriota”… mira tú. Decimos “dar la cara” porque se estaba haciendo costumbre que el anuncio sobre ajustes salariales se “filtrara” por redes sociales (tipo chisme a lo “Chepa Candela”) o lo anunciara algún funcionario o militante de mucha menor jerarquía que el propio ministro del ramo del trabajo o el presidente de la república, anuncio este que siempre encabezó el anterior mandatario Hugo Chávez. Esta vez el ministro Piñate, ejecutor (¿y autor intelectual y material?) del “Instructivo 2792” que liquida prestaciones sociales, convenciones colectivas, derechos laborales diversos, etc., efectuó el anuncio. Veremos si la tardía “rectificación” sigue de largo y culmina con la publicación de aquel “ajuste” salarial en Gaceta Oficial, lo cual no ha sucedido, siendo este de carácter legal, desde noviembre de 2020. Digo “veremos…”.
En resumen: 1) Lo único concreto que a estas horas tienen en sus manos los asalariados en Venezuela es el referido ajuste, descrito en el primer párrafo de esta entrega; 2) Lo restante del bla, bla, bla del 1º de mayo pasado son promesas, entre otras esa de petrolizar las prestaciones sociales (¡lo que no han hecho con el propio salario y, cuando lo hicieron, fracasaron de forma estrepitosa!). ¿Recuerdan la promesa de igualar el SM a ½ Petro? Ya ni la mencionan, igual que al “plan” que le dio génesis, aquel de “Recuperación, crecimiento y prosperidad económica” (2018). Además, no pagan un centavo de prestaciones sociales desde 2017 a quienes se habían jubilado en años anteriores. Un ejemplo es el numeroso sector de los(as) trabajadores(as) universitarios(as). Allí se cuenta una deuda en ese orden de más de 7 años. Aquel pago fue tan ridículo que mucha gente lo retiró tiempo después y nunca hubo recálculo del mismo; menos aún el alto gobierno ni el sindicalerismo mafioso pesuvista se refiere a este último tema ni le pone fecha a la tal petrolización ni al reinicio del pago de prestaciones. El asunto no deja de ser un “comentario” risible para alegría de tísicos y el mareo de tontos. Se trata de la canción referida al mes de mayo: “Yo te digo el día, yo te digo el mes, pero año no te lo diré”. Ese día también salieron preñados de promesas los(as) señores(as) pensionados(as). 3) Alertas: el propio presidente ha dicho que hay que trascender el actual formato de las convenciones colectivas y que el HCM debe ser repensado para que sea el sistema público de salud que lo asuma, espacios donde no se revisan ni revisarán su estado físico ni mental ninguno de los altos funcionarios gubernamentales. Ya saben: “aquí todos somos iguales… pero existen algunos que son ‘más iguales que los otros’” (Cantinflas dixit). Lo cierto es que ya mostramos la convicción de que cada vez que anuncian que nos protegerán más que antes… sucede todo lo contrario. Por eso será que también los asalariados estamos convencidos de que la cosa ha empeorado y de que, las tácticas distractoras (Congreso de los Pueblos, consultas “populares” sobre leyes diversas, congresos de trabajadores, etc.), buscan cumplir el objetivo clave de desviar la atención sobre los temas más vitales para el pueblo trabajador venezolano, tales como alimentación, salud y educación gratuita y de calidad (hoy privatizadas de facto y hechas añicos), precios y calidad de los servicios públicos… y salarios. De encantadores de serpientes está hecho el camino que conduce hacia el sitio aquel. Y 4) Crear ahora una comisión o consejo presidencial para no sé qué cosa relacionada con el salario, muestra la poca estima que antes del 1º de mayo había sobre el tema en el alto gobierno y forma parte de ¡otra táctica distractora! NINGUNO de los tales consejos presidenciales pre-existentes en otras áreas, puede mostrarle al país el logro de progresos o conquistas tangibles y trascendentales en la vida nacional. ¡Mosca con el engaño! Este existe solo si encuentra a quien lo mastique y trague. ¿Así… o más claro?

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