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miércoles, 10 de marzo de 2021

Comentario de Luis Salas sobre el debate de la indexación

Caracas
9 de marzo de 2021. 

Econ. Luis Salas. 
En el grupo de este canal [Telegram] dejé unos comentarios sobre el debate de la indexación, que ha tomado un reimpulso a partir del apoyo de Pasqualina.

Quería hacer unos comentarios sobre la Ley de Gresham, que es un fenómeno monetario que recibe esa denominación al ser formulado teóricamente por primera vez por Sir Thomas Gresham, un comerciante y banquero inglés de tiempos de Isabel I que, entre otras cosas, fue promotor de la Bolsa de Londres.

La Ley de Gresham formula que cuando en una economía circulan dos (o más monedas) y una de ellas es considerada por el público como "buena" y la otra como "mala", la moneda "mala" siempre expulsa del mercado a la buena. La formulación de Gresham hay que verla sobre el contexto: hablaba en tiempos en que en Europa circulaban monedas de distintos metales (oro y plata, básicamente) con distintos niveles de mixtura con otros metales menos nobles. En resumen: lo que decía Gresham es que, si circulaban monedas que tal vez tenían el mismo valor facial, pero eran de metales distintos, la gente solía atesorar la hecha del metal más valioso (oro) en detrimento de la hecha del menos valioso (plata), siendo entonces que las de oro dejan de circular porque la gente las guarda, y las que circulan entonces predominantemente son las de plata.

Un ejemplo de esa ley ocurría en Venezuela en los primeros años del siglo XX: circulaban monedas de oro y plata. Las casas comerciales (que eran algo así como los bodegones de la época) y los comerciantes en general, condicionaban a los clientes a que les pagaran en monedas de oro, siendo que sus pagos y vueltos los hacían en plata.

De tal forma, ellos se quedaban con las monedas de oro y predominantemente circulaba la plata, de la cual no tenían problemas en hacerlas circular. Claro, también aceptaban estas últimas, pero hacían todo lo posible por recibir las de oro.

Ahora, la Ley de Gresham también se da en contextos inflacionarios e hiperinflacionarios, pero no necesariamente a la manera original de la formulación de Gresham, sino a la inversa. En el caso nuestro se ha dado, sin embargo, de las dos formas con la relación bolívar-dólar.

Me explico: asumiendo que la Ley de Gresham, más que una ley en sentido estricto, describe un fenómeno, el caso es que las condiciones para su cumplimiento se pueden dar de manera sobrevenida o inducida, para utilizar en este último caso la conocida expresión de Pasqualina. En los tiempos de Gresham el fenómeno empezó a darse de manera marcada a partir de la llegada de oro de la recién "descubierta" América, que popularizó el uso del oro como medio de pago. En el caso venezolano, en los tiempos de Castro y Gómez, tenía que ver con la emisión privada de monedas que hacían los bancos, fenómeno con el cual Gómez acabó vía decreto imponiendo que todas las monedas circularan en el mismo material: plata.

Ahora, en la Venezuela actual, el fenómeno es más complejo. Y digamos que tal vez podríamos resumirlo en dos momentos: uno primero donde la Ley de Gresham se cumple a la manera tradicional, y este actual en que se cumple a la inversa. A todas estas, el fenómeno no empieza ocurrir de manera imprevista o sobrevenida, sino inducida a través de los ataques a la moneda que arrancan en 2013, luego de la muerte de Chávez. En este caso de lo que se trataba era de imponer la sensación de que la moneda venezolana era una moneda "enferma", cosa que en efecto lograron, en buena medida, con la ayuda (por comisión y/u omisión del gobierno). Sobre esto yo he escrito bastante y siempre pongo como referencia este artículo de Steve Hanke, quien a la larga terminó siendo uno de los cerebros detrás de Dólar Today: https://www.americaeconomia.com/economia-mercados/fin anzas/el-fallecimiento-de-chavez-y-de-su-moneda.

Ese artículo, como pueden ver en la fecha, fue publicado a pocos días de la muerte de Chávez. Y si algo bueno tiene Hanke es que no se anda nunca por las ramas (https://stevehanke.com/es/blog/t/The-US-Declares-Economic-War-Against-Venezuela).

Bueno, para hacer el cuento corto, al imponerse la inflación y devaluación constante, que fue acelerando la pérdida de valor del bolívar, se fue imponiendo en el país la sensación de que el bolívar era una moneda "enferma", de la que todo el mundo buscaba salir de la forma más rápida posible, pues atesorarla no tenía sentido, ya que perdía su valor cada día. En compensación, la gente buscaba dólares, no para gastarlos, sino para atesorarlos como reserva de valor. Ergo: una Ley de Gesham clásica, donde la gente busca salir de la moneda "mala" (los bolívares) y quedarse con la "buena" (los dólares).

Esto, a mi modo de ver, fue así hasta finales de 2018, cuando el gobierno hizo su último ¿intento? de reflotar el bolívar con la reconversión. Sin embargo, al quedar esta rápidamente superada por la hiperinflación y los propios entuertos de la política económica, el escenario cambia. Pero esto se comienza a dar a principios de 2019 como resultado de tres (3) fenómenos: 1) El apagón de marzo. 2) La política de restricción monetaria del BCV; y finalmente 3) La tolerancia a la dolarización tras-nacional como "válvula de escape".

En este nuevo escenario, la liquidez monetaria comienza a ser "secada" por la política restrictiva del BCV. Pero, como si hiciera falta, en eso llega el apagón, que ahonda la tarea: al haber muy pocos bolívares en efectivo y ser imposible que circularan más, dado que no había bancos ni cajeros por el apagón, entonces forzosamente la gente comienza a sacar sus dólares (pero también euros, pesos colombianos, reales brasileños, monedas comunales -como la de "Alexis Vive"- criptos y hasta apelar al trueque) para poder hacer operaciones comerciales básicas.

En este punto el dólar deja de ser solo reserva de valor o de uso para operaciones suntuarias y/o excepcionales (viajar, comprar un apartamento, etc.) para convertirse en medio de pago de las operaciones más sencillas, como comprar comida.

Aquí la Ley de Gresham se invierte, y la moneda "mala" (el bolívar) sale de circulación cada vez más y se impone la "buena", que entre todas las existentes la dominante es el dólar.

Esto nos ha traído a la situación actual, en la cual existe una dolarización informal que busca formalizarse, pero con un gobierno que políticamente le cuesta dolarizar, pero además tiene impedimentos técnicos para hacerlo, paradójicamente uno de ellos es el bloqueo.

No obstante, parece clara la tendencia a enfermar todavía más al bolívar, como queda claro con los billetes de "alta" denominación de los cuales todo el mundo lo que hace es reírse y pronosticar más inflación. Yo no digo que eso sea consciente, pero es claramente el efecto, deseado o no.

Así las cosas, el petro todavía enfrenta muchos problemas técnicos para ser moneda de curso que reemplace al bolívar. La dolarización total no parece viable tampoco. Pero, además, si el gobierno elimina al bolívar y lo remplaza por otra (pongamos el petro) este quedará expuesto a las fluctuaciones cambiarias y devaluaciones, por más "reserva de petróleo" que tenga detrás, que todos sabemos es más propaganda que otra cosa [mucho de esto último se desprende de las apreciaciones técnicas nada más y nada menos que de Carlos Mendoza Potellá, referidas a lo que, en realidad, existe bajo el subsuelo venezolano y a la capacidad objetiva que tendríamos de extraerlo, procesarlo y comercializarlo (Ndecc)]. De tal suerte, lo más seguro es que se conserve el bolívar como moneda de curso legal oficial (en su formato electrónico, o una mezcla de este con existencia de efectivo cada vez más irrelevante) para que esta se pueda seguir devaluando infinitamente hasta que le encuentres la vuelta, sea esta una dolarización total, ya por for-fait u otra forma.

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