Lo Más Reciente

jueves, 12 de noviembre de 2020

Análisis de Luis Salas sobre posible transición en Eeuu

Luis Salas
Noviembre de 2020. 

Soc. Luis Salas. 
Es difícil y al mismo tiempo no predecir qué ocurrirá con el conflicto Caracas – Washington una vez que asuma –si es que asume- Joe Biden la presidencia de los Estados Unidos.

Y decimos si es que asume porque, en realidad, a la hora y el día en que se escriben estas líneas ni el proceso electoral se ha cerrado formalmente ni Trump se ha rendido.

Pero como quiera que esto termine siendo, lo cierto es que a lo interno de sectores afines al gobierno la eventual victoria de Biden ha hecho respirar a muchos, ante la expectativa de un cambio en la política de acoso emprendida por Trump y en especial esperanzados porque cese o flexibilice el bloqueo. En sentido contrario, aunque exactamente por las mismas razones, en el seno del oposicionismo de la derecha más recalcitrante reina la desazón.

Lo que no deja de ser llamativo, pues exactamente lo contrario ocurrió cuando Trump le ganó en 2016 a Hillary Clinton. En aquel entonces, influencers oficialistas no ocultaban su alivio asegurando que un mucho más pragmático Trump –un hombre de negocios- era preferible a la belicosa Clinton. Por su parte, los mismos oposicionistas, hoy despechados por Trump, ayer no más lo insultaban y hasta comparaban con Chávez, apostando por la candidata del partido demócrata a la espera que llevara a término lo empezado Obama.

Como se ve, ambos bandos se equivocaron de cabo a rabo, por lo que no tendría nada de raro que esta vez se vuelvan a equivocar, aunque de lados de la talanquera distintos a los de 2016.

¿QuÉ nos dicen los hechos? Como decía al inicio, es difícil vaticinar. Pero como en todas las cosas de la vida, para saber lo que puede pasar en la materia ayuda en algo saber lo que ha pasado con anterioridad. No es un método infalible, pero al menos es más riguroso que el método bipolar de nuestros políticos de oficio. Aquí algunas pistas.

1. La política exterior norteamericana no cambia sustancialmente dependiendo de quién temporalmente ocupe la Casa Blanca. Puede haber cambios procedimentales, y seguramente el temperamento de tal o cual administración influye, pero la política siempre es la misma. En el caso por ejemplo de Cuba o Irán, el sostenimiento del bloqueo ha sido la norma de todos los gobiernos demócratas o republicanos. Obama ciertamente flexibilizó el cubano, pero solo parcialmente.

2. En el imaginario político mediatizado, existe la sensación de que los gobiernos demócratas son más "demócratas", valga la redundancia, que los republicanos, siendo estos últimos temidos como más belicosos e intervencionistas. Pero se trata de un efecto de marketing que no resiste el más ligero contraste con la realidad. El caso de Obama es clásico. Un afroamericano culto y de buenas maneras, progresista en muchos temas, que no alza nunca la voz, etc. Ergo: todo lo contrario de Trump, el típico Ugly American: supremacista blanco, tosco, que grita, homófobo, misógino, egocéntrico, etc.

Según una conocida anécdota, en una cena en Arabia Saudita, Trump insistió en comer hamburguesas con papas en vez del banquete preparado para la ocasión por los chefs de la casa real saudí. Obama, multirracial y Premio Nóbel de la Paz, nunca haría semejante desplante. Pero en cambio, ese tipo educado y bien visto hizo desaparecer del mapa a Libia, casi borra también a Siria de no haber mediado la ayuda rusa, apoyó y financió al terrible ISIS que llenó de masacres y esclavitud todo el medio oriente y el norte de África, promovió y apoyó abiertamente el golpe de Estado en Ucrania. De hecho, Obama ostenta el récord de ser el único presidente norteamericano en mantener el país en guerra durante todos los años que duro su gestión, que fueron 8.

3. Y, dato importante, fue Obama, no Trump, quien declaro a Venezuela en 2015 una amenaza inusual y extraordinaria, con lo que fueron los demócratas y no los republicanos quienes formalmente comenzaron las sanciones y el bloqueo que enfrenta nuestro país.

4. Por último, hay que tomar en cuenta que Biden ha declarado recurrentemente que el gobierno venezolano es una dictadura y está de acuerdo con que haya una “transición”. En este sentido, lo más probable es que mantenga la línea dura, incluso así se abra un compás de acercamiento, lo que en la práctica no se contradice. A nuestro modo de ver, el que si puede salir perdiendo en esta movida es Juan Guaido, un producto 100% Trump.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario