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martes, 11 de agosto de 2020

¡A rendir cuentas!

Julio Escalona,
ÚN, 11-8-2020.

[A su manera, y desde una cada vez más alicaída por desdibujada ANC, Escalona propone "encender la maquinita" del BCV para resolver problemas claves del país (eso si se asume como cierta la consideración de Jesús Farías en el sentido de que el problema ante las actuales demandas sociales -mejores salarios, etc.- es que "no hay dinero"), mandando al carrizo la idea liberal de tal "dinero inorgánico" que sirve solo para aplicársela a países con gobiernos dóciles y que "se dejan" por parte del imperialismo, pero muy eficaz para salvar a los ricos en el marco de la crisis bursátil de 2008-2009 y ahora. A su manera, Escalona sugiere interpelar a los altos funcionarios gubernamentales y cree que debe hacerlo la ANC. En estos días, el Comité Regional del PCV-Sucre se ha propuesto impulsar tal iniciativa en los ámbitos regional y local y eso le generó un soponcio con beri-beri al gobernador Rojas. ¡No faltaba más ante tanta susceptibilidad! (Ndecc)].

Constituyente Julio Escalona.
Las principales oligarquías del mundo, se supone lideradas por los Rockefeller y los Rothschild, suponiendo también que el poder se coordina anualmente en las reuniones del Club Bilderberg, donde concurren los jefes y dueños de bancos y corporaciones como Goldman Sachs, Barclays, Lazard, JP Morgan Chase, Rothschild, Hsbc, Google, Shell, Exxon, British Petroleum, Bayer, Nestlé, Prisa, Ericsson, Fiat Chrysler, Hewlett Packard, junto a representantes de la alta nobleza europea, los líderes militares de la Otan y de servicios de inteligencia como la CIA y el MI6.

Ese poder tiene varios componentes claves: los poderes financieros, militar, científico-técnico, de inteligencia y el poder de los capitales que provienen del narcotráfico.

Una de las ventajas que tiene ese poder es la ilimitada cantidad de capital, incluso en la forma de dinero de que dispone, que lo multiplica diariamente emitiendo más dinero particularmente de la Reserva Federal de EEUU.

En medio de ese panorama se desenvuelven los pueblos que van ocupando espacios muy diversos. La política revolucionaria tiene el deber de asumir audazmente esos procesos sin el temor a un dinero inorgánico que alimenta la inflación. Lo que necesitamos es emitir más dinero, pero no para la corrupción y el despilfarro. Cada bolívar debe ir a la producción. Ahí están centenares de comunas esperando financiamiento para transformarlo en bienes y servicios; ahí están valientes trabajadores que necesitan ser rescatados del desempleo; una legión de pequeños y medianos productores, todos dispuestos a producir materias primas, alimentos, diversos servicios...

Hay que enfrentar la subida de los precios con una “radical política de precios acordados”, fundada en la organización de comités de trabajadores, de pueblo, que se encargarán de negociar con los empresarios de su localidad o fábrica. Los ministerios deben servir obedeciendo.

La política crediticia debe estar orientada hacia las comunas, pequeñas y medianas empresas, la educación, la salud. Los grandes monopolios deben rendir cuentas de los milmillonarios créditos en dólares que han recibido durante estos 20 años. ¿Dónde están los resultados? Hoy son responsables de la especulación con los precios ¿Y los altos funcionarios? Bueno, es el tiempo de la rendición de cuentas. La Asamblea Nacional Constituyente debe prepararse para eso.

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