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martes, 31 de marzo de 2020

El Coronavirus y las hipótesis de la crisis mundial

Suplemento lartillería,
N.º 459, 30-3-20, pág. 3.
Encartado en el Correo del Orinoco.

Hay que tomar medidas para la reducción demográfica del globo terráqueo, aun en contra de las respectivas poblaciones. La reducción del índice de natalidad ha sido un fracaso. Por eso tenemos que aumentar las tasas de mortalidad por medios naturales, por el hambre y por la inoculación de todo tipo de enfermedades”.

Robert Mc Namara, Ex-Secretario de Defensa de Estados Unidos.

Crhistine Lagarde

El brote vírico del Coronavirus o Covid-19 ha propiciado un inusitado revuelo en las redes y medios comunicacionales, las noticias a nivel mundial están más extendida que la propia pandemia: que, felizmente, no alcanza a nivel mundial la letalidad de otras anteriores. Se aglomeran noticias e informaciones, con frecuencia sin confirmar, provenientes de las redes sociales. Así, se entrecrucen mensajes de variado origen: científicos, religiosos, políticos, militares, y periodísticos, estos últimos no logran posicionarse en la colectividad, en la mayoría de los casos, pues sus versiones responden más a la agencia que le paga la nómina, que a la información veraz y fidedigna.

Y en ese universo de informaciones hay intereses divergentes y contradictorios: unos, cuya pretensión es atribuir al Covid-19 la causa de la crisis de la economía mundial; otros arguyen que la crisis del sistema financiero global estaba radicada y se pretende en el contexto geopolítico sacar pingues ganancias de una coyuntura recesiva o aventajar la ascendente maquinaria industrial del gigante asiático. Allí se sitúan variadas y encontradas hipótesis que se tejen en torno al Covid-19, su origen y su impacto en el capitalismo mundial.

LONGEVIDAD DE LA POBLACIÓN

Como se advierte arriba, con la afirmación maltusiana de Robert Mac Namara, de “aumentar la tasa de mortalidad”, que expresa una concepción neoliberal que con contumacia los poderes imperiales han asumido como tesis.

Ya en 1960 lo implementaron para el llamado, entonces, mundo subdesarrollado (Suramérica, Asia y África). Siendo Mac Namara, Presidente del Banco Mundial (1968-1973) esa tesis neomaltusiana devino en política de esos organismos.

Actualmente, desde la dirección ejecutiva del Fondo Monetario Internacional y, ahora, en la presidencia del Banco Central Europeo, la Señora Christine Lagarde (noviembre/2019) espetó con crudeza en su discurso semestral: “es necesario que se recorten las prestaciones y retrase la edad de jubilación ante el riesgo de que la gente viva más de lo esperado”, es lo que llama el español José Viñals “el coste del envejecimiento”. El cual se incrementaría cada tres años y para el 2050 representaría en los países industrializados un aumento del 50% del PIB de 2010. Y consideran esos organismos imperiales que ello amenaza la sostenibilidad y las finanzas de las entidades públicas y privadas, o sea, gobiernos, empresas, aseguradoras. En una palabra, vivir más es una amenaza al capital, a la acumulación. Es decir, a quienes no pueden seguir extrayéndole el trabajo socialmente productivo y su añadido, el trabajo excedente (no pagado o plustrabajo). ¿Es posible que desde el poder financiero global se auspicie una eliminación de los adultos mayores por no ser productivos? Hipótesis que está por comprobarse, pero las tesis la sostiene el sistema financiero imperial globalizado. Christine Lagarde dixit: “es un riesgo para la economía global, tenemos que hacer algo y YA”.

GUERRA BACTERIOLÓGICA

Robert Mc Namara
De la hipótesis anterior se desprende otra acerca del origen del virus Covid-19, que es considerado una variante con mutaciones del SARS. Serias referencias académicas han formulado que en los centros financieros mundiales, instituciones académicas, bancos, sectores de Naciones Unidas y financistas de prestigio avanzan en encontrar salida al incontrolado crecimiento de la población mundial. Así, el 18 de octubre de 2019 se efectuó en New York una conferencia llamada “Evento 201”, se trató el simulacro de una pandemia generada por el Coronavirus; el impacto y las consecuencias económicas y sociales en la economía mundial. Los intereses de las corporaciones farmacéuticas y los laboratorios de biogenética están en la búsqueda del antídoto. El cuadro contrastado con lo de hoy –tres meses después- denota que el Covid-19 se presenta como un virus manipulado en el campo de la biotecnología. Podría entonces admitirse que se trata de un bioterrorismo promovido para lograr cambios en la economía mundial y lograr disminución de la población adulta mayor, de acuerdo a los intereses de las corporaciones y el globalismo financiero. Esto es un marco hipotético que podría confirmarse en un futuro próximo.

En efecto, un campo hipotético en relación al plano geopolítico mueve soterradamente las rivalidades por la hegemonía mundial en la afectación de la pandemia del Covid-19. La agudización de la crisis del capitalismo financiero global –presente antes de la pandemia-- asume una escala mayor con las contradicciones que el huésped de la Casa Blanca detona con su política “America First”. El nacionalismo industrial de Trump contrasta con las tesis de la plutocracia financista global. Externamente, desata un inusual criticismo a los núcleos de poder de la Otan, con profundas diferencias con Alemania y fricciones y reservas políticas con Macron. Sus dos contrincantes más fuertes y con visiones divergentes de adhesión a la multipolaridad y el policentrismo Ruso y Chino, han sido caldo de cultivo de la diplomacia punitiva de sanciones y aranceles de la pugnaz política de Trump.

Estos desencuentros incentivaron que el poder financiero global, propiciaran la depresión en un marco recesivo en la economía norteamericana para socavar la reelección de Trump.

Fracasado el impeachment, optan por una guerra bacteriológica, presumiblemente para impedir un segundo período. El Coronavirus ha generado pánico en las grandes corporaciones y finanzas globales con la caída de la bolsa en Wall Street. Así, los grandes medios ligados a estos intereses niegan empecinadamente que el Coronavirus se vincule a una agenda de guerra bacteriológica. Pero la duda es por la desconfianza en el tendencioso manejo de la información de esas cadenas mundiales. Campo espinoso para el imperialismo norteamericano explicar ante el mundo a lo que puede exponerse si la correlación geopolítica es adversa al pretendido “gendarme mundial” estadounidense.

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